En este tiempo he descubierto que el teatro es realmente catártico para el que lo aprende. Ver a mis alumnos, con todo tipo de profesiones, evolucionar, romper barreras, ver sus sonrisas, sus nervios y su ilusión antes de los estrenos, ver sus montajes finales, verles tan guapos en esas escenografías que construimos, tan orgullosos de sentirse parte de un equipo, ver como me escuchan, como conectan con ellos mismos para dar vidas a personajes, verles allí, delante mía, esperando lo que tengo que decirles, me hace recordar que el Teatro ha perdurado a traves de los siglos…
… porque es casi mágico.»